domingo, 25 de mayo de 2008

Ratones con prisa...

El debate sobre la reforma energética pinta de cuerpo entero a quienes han tenido la oportunidad de expresarse. De la lectura de las versiones estenográficas de las dos primeras sesiones del debate seleccioné aquellas expresiones representativas de las diversas posturas. Omití con todo propósito a los autores con el fin de evitar prejuicios. Encontrarán mis conclusiones al final. Quien desee consultar directamente la fuente puede visitar la página del debate en www.senado.gob.mx. Empezamos…

“México necesita de un nacionalismo vivo, no agresivo, pero sí defensivo, no xenófobo, pero sí bien pensado y en PEMEX tiene una posibilidad…” “Es imperativo no poner la carreta delante de los caballos. Lo primero es determinar la función de la industria petrolera en el desarrollo del país” “Finalmente, en un día muy lejano, el petróleo desaparecerá del país. Pero el país seguirá existiendo. Conviene que el Gobierno y sus legisladores empiecen a poner los cimientos de ese mundo, de finanzas públicas sin petróleo”.

“El diagnóstico… presenta una visión falaz, pretendidamente catastrófica de Pemex y las actividades que realiza” “Por fin vemos surgir con toda crudeza la vocación por la privatización. ¿Cuánto faltaría entonces para dejar de ser un país y convertirnos en colonia?” “Si fuera verdad que no tenemos ni la capacidad tecnológica ni el dinero, cierto es que tenemos el petróleo y quien tiene el petróleo, puede poner las reglas del juego para adquirir la tecnología y obtener el dinero”.

“Los Estados Unidos… se enfrentan con prohibiciones para explotar en su territorio, y limitaciones para hacerlo en Alaska… Lo anterior probablemente incide en la presión para que México se lance de inmediato al desarrollo de aguas profundas” “¿Dónde está la prisa? La prisa lo tienen los norteamericanos, no nosotros. Con esa verdad tan simple, podemos pensar seriamente”

“¿Por qué mantenemos los PIDIREGAS pagando una tasa de interés superior? ¿Por qué tenemos 85 mil millones de dólares sentados en el Banco Central? Es un misterio, ¿Por qué le quitamos a Pemex y los tenemos ociosos quince mil millones de dólares este año? “Hay muchos márgenes de maniobra antes de entrar al meollo de la cuestión, que va ser inescapable”

¿Cuál es el problema de que venga la Shell a poner una refinería en México? Que trae todo, desde los ingenieros, hasta incluso los trabajadores, y si no, vayan a ver cómo está operando Halliburton en Chicontepec” “Pero aquí se junta el hambre con las ganas de comer, el hambre energética de las grandes potencias con las ganas de comerse los negocios de una parte considerable de la clase política mexicana” “Yo creo que estamos en una operación roedora que carcome la estructura energética del país a través de la renta petrolera, que no nos vaya a ganar una voracidad ratonera”

“¿De que se trata todo esto? Hay dos proyectos de nación…” “¡Qué lamentable que estén tan cerca de las recomendaciones del Banco (Mundial) y tan lejos de los sentimientos de la nación!” “¿Qué haremos después en una nación con las necesidades de la nuestra sin la ingeniería y desarrollo tecnológicos propios? Seguramente otra vez cambiar vidrios y espejos por los frutos de nuestras entrañas, del crudo a la mano de obra barata, aunque ya no usemos penachos con plumas ni obtengamos nuestros títulos y grados en el Calmecac”.

“Me encanta la idea que apoyo de la iniciativa, de la autonomía de gestión, porque será una segunda expropiación de Petróleos Mexicanos: una, la primera, fue de las manos de las compañías extranjeras, y, la segunda, será de las garras de la Secretaría de Hacienda”

“A mí me parece también que ningún elemento de la iniciativa contiene medidas de privatización, entendida ésta, como la transferencia de activos o sociedades a la esfera privada. Y visto así, la renta petrolera, se puede definir: como la diferencia entre el ingreso bruto y los costos totales de exploración y extracción… así que no hay renta petrolera, no hay renta petrolera en las actividades de refinación, petroquímica, transporte y distribución…”

“No se propone reformar la Constitución, simplemente, sin alterar su texto, se alienta y se está dispuesto a permitir su violación” “Yo estoy un poco confundido, porque ahora resulta que la constitucionalidad de reformas y mandatos no es importante; esto es, el estado de derecho dejó de ser importante. Eso es verdaderamente notable.”


Conclusiones

Las posturas corresponden a proyectos distintos de nación y al país divido que nos guste o no, nos ha tocado vivir; ese es en el fondo lo que realmente se está debatiendo y esa será la contribución del debate; que juzgo trascendente pues por primera vez en la historia del México contemporáneo, se quitan las caretas y se ponen las cartas sobre la mesa. ¿Qué resultará de todo esto? No lo sé, solo puedo atinar a decir que hoy conozco más a quienes conducen ó buscan conducir los destinos de la patria. Y no me gusta precisamente lo que veo.

Con mis mejores deseos…

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com

sábado, 17 de mayo de 2008

¿Corrupto... Yo???

Nada en esta vida carece de propósito.

Y la corrupción tiene su propósito; sin embargo, cuando de combatirla se trata, se hace a un lado la causa raíz de la corrupción como el fenómeno social que es, y se limita el combate a la coyuntura de las circunstancias que la favorecen.

Nada más equivocado que esa visión tan corta. La corrupción, vista como lo que es, un fenómeno social que se comprueba con aquella frase famosa “la corrupción somos todos” ha servido al gran propósito de actuar como válvula de escape a la presión generada por la inequidad y la injusticia del sistema que ha fincado sus raíces muy hondo en la cultura nacional. La corrupción –o delincuencia que es lo mismo- es el camino fácil del resentimiento que surge como opción cuando el individuo proclive, cancelando sus escrúpulos, se contesta así mismo la pregunta ¿Porqué ellos sí y yo no?

¿Qué necesidad tendría alguien de delinquir si vive en un sistema que provee de bienestar y oportunidades; un sistema donde la riqueza que se crea, se reparte con equidad pero que también castiga ejemplarmente las conductas delictivas? Ninguna, salvo la avaricia personal que en todo caso sería contenida y drenada por el propio sistema. Esto pareciera ser algo inalcanzable, pero no lo es; existen países con índices de corrupción mínimos y altos niveles de bienestar que son más que evidencia de que puede lograrse. ¿Pero cómo? Es la gran pregunta.

Liderazgo ejemplar y transparente, justicia, equidad e igualdad de oportunidades. ¡Nada más fácil que decir que eso! Lamentablemente, hoy por hoy, estamos muy lejos de acercarnos siquiera a la calificación mínima requerida para pasar cada una de esas asignaturas.

¿Liderazgo ejemplar? Podría serlo, sin embargo el asunto es de percepción y así, poco menos de la mitad de los votantes –los que tienen derecho a opinar- considera al actual liderazgo como “espurio”… a lo que habría que agregar la sombra de sospecha que cayó sobre el delfín de la corte. ¿Transparente? Difícilmente cuando se desconoce el destino final de los excedentes petroleros, que si bien es cierto se distribuyen de acuerdo a lo que determina el congreso, terminan en fondos ciegos para ejercerse en forma discrecional.

¿Justicia? ¿Cuál? ¿Cuando sin previo juicio se exhibe de manera desmedida y se expone al escarnio publico, por que así conviene a la coyuntura política, a los que aún no han sido juzgados y hasta ahora solo son presuntos culpables de actos de corrupción? ¿Cuál? Me pregunto, cuando las cárceles están abarrotadas de gente que roba por hambre en tanto los delincuentes de cuello blanco siguen en la más absoluta impunidad.

¿Equidad? ¿Cuál? Si lo que se favorece con las políticas “públicas” –pero no escritas- son los intereses de una elite que para colmo, cuentan su dinero delante de los pobres soltando migajas solo para taparle el ojo al macho...

¿Igualdad de oportunidades? ¿Dónde? Si en la administración pública federal se desplaza a la experiencia y la competencia profesional a favor de los amigos y las relaciones.

¿Por favor díganme dónde?

Y sí, la corrupción somos todos pues tanto se peca por acción como por omisión y muchos hemos guardado un silencio cómplice y vergonzoso ante los verdaderos males que aquejan al país.

Reconocimientos,

A mis lectores Laura, Sandra, César, Jaime, Carlos y Cinthya, que enviaron comentarios sobre la problemática que representa el “Barlecón”, como algunos ingeniosos han dado en llamar a la cantina que tenemos por las noches en el malecón. En breve les enviaré un resumen de las propuestas.

A Don Elías Ferez Tanus por su callada labor en los años 70 para liberar presos por razones humanitarias. –Gracias Fernando por tu aportación.

A los enfermeros y enfermeras que alivian el dolor de los enfermos a su cuidado y comparten la pena de los familiares. – Gracias Karina por tu aportación.

Con mis mejores deseos,

Enrique Chávez Maranto
enrique.chm@gmail.com

domingo, 11 de mayo de 2008

¿Y la cantina Apá..?

-Pos áhi sigue la mata dando m’hijo…

Sin pretender minimizar el esfuerzo de los ciudadanos que evitó la construcción de los locales comerciales disfrazados de baños en la playa; puedo decir que eso fue cosa de niños comparado con el reto de clausurar la gran cantina en que se ha convertido nuestro Malecón costero.

La demolición los baños fue consecuencia en primera instancia de la denuncia ciudadana de un acto cometido por particulares a todas luces irregular; y más adelante, de la voluntad política de la autoridad municipal para poner término a un asunto claramente delimitado en los hechos, las circunstancias y los participantes. Ahora, tal vez por analogía, hay quienes piensan que para resolver el problema del malecón-cantina se requeriría aplicar la misma fórmula: presión ciudadana para forzar la aplicación de la Ley; sin embargo, el asunto es con mucho, más complicado que eso.

Si consideramos al malecón-cantina como el negocio que es, este se ha consolidado a lo largo de los últimos años. Sus insumos –alcohol, droga y prostitución- son abundantes; con un proceso de comercialización sencillo que no requiere mayores recursos; los precios son accesibles para los miles de consumidores, adolescentes y adultos jóvenes –los parroquianos- que representan una demanda fuerte y diversificada; y finalmente es un negocio que no tiene controles efectivos ó si los tiene, simplemente no se aplican.

Cuando se dice que la solución al problema que representa el malecón-cantina consiste en aplicar la Ley para impedir la ingesta de bebidas embriagantes en la vía pública me salta la pregunta ¿Eso es todo? ¿Depende únicamente de un acto de autoridad? Y si es así, ¿La sociedad es víctima entonces de la omisión de la autoridad? Sinceramente lo dudo mucho. Cuando el legislador dictó la Ley en sus orígenes, lo hizo pensando en aquel borracho impertinente que eventualmente importunaba; ahora no es un borracho, son cientos, son miles. El contexto sencillamente cambió.

Para que el negocio del malecón-cantina exista concurren muchos factores de los cuáles somos responsables absolutamente todos pues tan culpable es el que mata la vaca como el que le agarra la pata. Ese negocio, que si bien es cierto, tiene un propósito económico para los distribuidores de alcohol, droga y prostitución que expenden su “mercancía” en ese lugar, así como también el mismo propósito para los judas que no ven, ni oyen nada a cambio de treinta monedas; también es cierto que tiene una fuerte demanda que habría que analizar bien a bien el porqué existe, cuál es su causa raíz y quien al final del día tiene la responsabilidad de que exista.

No solo es necesario, es imperativo, no tanto solucionar el alcoholismo, la prostitución y la drogadicción de nuestra juventud en sí; si no curar la enfermedad que subyace de la cual, alcoholismo, prostitución y drogadicción son tan solo sus síntomas. Es imperativo curar esa enfermedad de la cual muchos -muy convenientemente- no quieren percatarse pues es más cómodo hacernos víctimas de la omisión de la autoridad antes que responsables del porqué nuestros hijos son parroquianos de ese gran negocio que es el malecón-cantina.

¿Qué la autoridad debe aplicar la Ley, aplicar controles estrictos a quienes ya tienen permisos, clausurar a quien venda a menores de edad, restringir los horarios de expendios y antros, sin otorgar un permiso más? Si, ¿Qué la autoridad debe rescatar los espacios públicos y proveer espacios alternativos para el esparcimiento de nuestra juventud? Totalmente y absolutamente de acuerdo; pero también estoy convencido que nosotros, los padres debemos hacer la parte que nos corresponde transmitiendo, comunicando; valores y conductas con el ejemplo así como también controlando y supervisando a nuestros hijos, no basta solo sermonear sin mayor sustento para finalmente dejarlos hacer lo que quieren, porque eso resulta mas sencillo que educar.

Impedir la ingesta de bebidas alcohólicas en la vía pública con un acto de autoridad sin hacer la parte que nos toca, provocará que nuestros hijos, los jóvenes parroquianos, que hoy están a la vista de todos, busquen otros espacios pero ahora en lo oscurito lo que sería tanto como esconder la basura debajo de la alfombra lo que no es, de ninguna manera, la solución. Nada me dará más gusto recibir en mi correo electrónico las ideas de los papás, de los parroquianos, de los maestros y de las autoridades para desarrollar conjuntamente una propuesta integral a este asunto que nos concierne a todos.

Reconocimientos:

A todas las Mamás del mundo por el Amor, la paciencia y la humildad con que se han aplicado a la cada vez más complicada tarea de formar a sus hijos con conciencia, valores y responsabilidad de si mismos.

A los barrenderos y barrenderas, que todos los días dejan impecable las calles de nuestra ciudad y que en estos calurosísimos días realmente sudan la gota gorda.

A los ciudadanos, a los medios de comunicación y a las autoridades que promovieron la aplicación de la Ley en contra de quienes estaban irresponsablemente extrayendo la arena de las dunas.

Con mis mejores deseos…

Enrique Chávez Maranto


enrique.chm@gmail.com

sábado, 3 de mayo de 2008

Ladrón que roba a ladrón... ¿Tiene 100 años de perdón?

Aquel dicho popular “Ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón” para muchos parece justificar el secuestro de aquellos a quienes se refieren peyorativamente como “Ricardos” sin darse cuenta que todos, de alguna manera u otra, somos “Ricardos” pues siempre habrá quien cuente con menos recursos económicos que otro.

También se ha dicho que solo los ricos pueden ser secuestrados o expresado de otra forma, que a los pobres nadie les puede secuestrar por que no tienen nada que dar. Lo anterior podría ser cierto si, cortos de visión, reducimos el concepto del secuestro a la retención indebida y al intercambio por dinero de una persona a cambio de respetarle la vida y san se acabó.

Pero existe un concepto de secuestro que incluye a todos los ciudadanos sin importar su condición socioeconómica; aquel donde la sustracción de las personas impacta a unos en su patrimonio y a otros en el trabajo a que tienen derecho, y que se pierde por la destrucción de valor que provoca la delincuencia. El secuestro, la inseguridad afecta a toda la sociedad. No es cierto que solo los “Ricardos” son afectados, se afectan todos, los “ricos” y los “pobres”.

Para los secuestrados el impacto es claro e inmediato, o pierden la vida o pierden el patrimonio con el que generan empleos; para quienes desean invertir y crear empleos, el riesgo les lleva a colocar su dinero en regiones menos peligrosas. Y así, de todas maneras “Juan te llamas” Con el embate de la delincuencia, o se pierden o se impide la generación de empleos con los cuales los trabajadores pueden proveer a sus familias. Con el embate de la delincuencia, todos absolutamente todos, salen perdiendo y por lo tanto nadie debe permanecer al margen.

Ahora bien, ¿Qué provoca la percepción equivocada de que solo los “Ricardos” son afectados y que el resto no tiene de que preocuparse?

Por un lado, el pernicioso dicho que mencioné al principio que hace ver como un acto de justicia el secuestro de aquellos que gozan de prosperidad como si los delincuentes fueran aquel arquetípico héroe medieval Robin Hood. Robando a los ricos para entregar el botín entre los necesitados, y este definitivamente no es el caso. Los secuestradores solo reparten el botín entre sus cómplices incluyendo aquellos a quienes compran espacios de impunidad.

Del otro, declaraciones insensatas de aquellos como el Cardenal Juan Sandoval Iñiguez que acusa de ladrones o hijos de ladrones a todos los ricos –con quienes, por cierto, comparte el pan y la sal- generalizando de la forma más aberrante las palabras de San Agustín.

Gente que no ve lo que no quiere ver que hay muchos cuyo único pecado es pararse más temprano que los demás para trabajar –como dice el cardenal- como burros creando riqueza es cierto que para sí, pero también para sus trabajadores y sus familias. ¿Qué como en todo siempre hay prietitos en el arroz?


Muy cierto, incluso tal vez haya más prietitos que blancos, pero discurso que generaliza creando resentimiento, divide, no aporta nada a la solución y menos aún contribuye al bienestar de la sociedad. Gente a quien le digo “Que la soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano” citando al propio San Agustín...

¿Y por qué entrecomille las palabras “ricos” y “pobres”? Por que no puedo evitar citar a Facundo Cabral quien en uno de sus poemas expresó “Pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo…” y todos, absolutamente todos, tenemos un patrón; y todos absolutamente todos, somos unos mas “ricos” que otros.

Reconocimientos:

Al Doctor Raúl Herrera Cantillo por su réplica al comentario que calificó a la manifestación por la seguridad del pasado miércoles como “marcha de Ricardos”. Doctor, los asistentes eran ciudadanos y nada más cierto que su frase: “Todos tenemos derecho a vivir en paz

Con mis mejores deseos,

Enrique Chávez Maranto


enrique.chm@gmail.com